lundi 1 avril 2019

El efecto inesperado

Venezuela fue sacudida por una catástrofe que muchas veces presentimos, pero que no pensamos nunca que se hiciera realidad. El colapso del Güri hizo un impacto tan desbastador en la población que, como sociedad, nunca olvidaremos ese hecho tan atroz.

Hace muchos años cada vez que se producía algún accidente en la transmisión de la electricidad, se hablaba del abandono en que se encontraba todo el sistema eléctrico. La cantaleta del régimen era la misma: la culpa era de la Iguana, del “rabipelao”, de la sequía, etc., nunca los responsables han asumido sus fallas. Natural en un país sin conciencia colectiva y sin gente proba y responsable en el poder.

Por la forma como se desarrollaron los hechos, pareciera que fue un acto volitivo de quienes tienen el poder. Hoy podemos decir, “yo te lo dije”, “no hiciste caso”, “se veía venir”… Ocurrió. Ante un arrollador proceso donde el Presidente Encargado va desarrollando su plan de acción, tenían que ponerle un detonante que lo detuviera. “Idea genial”: tumbar el sistema eléctrico para frenarlo. Lograron  que el impulso con que venía se perdiera y tuvo la necesidad de reformular el proceso; pero con otra variable aún más grave, cuando el país entero se quedó sin energía eléctrica y, como consecuencia de la desidia, falta de mantenimiento e impericia, todo el sistema colapsó (no lo han podido recuperar en su totalidad), y  más  aún, podría suceder otra vez. No calcularon las consecuencias cuando la energía no puede ser controlada y se producen efectos colaterales como los incendios de sub estaciones, de transformadores, etc. “Fueron por lana y salieron trasquilados”.

Existe ahora un gran silencio en quienes ejercen el poder. Ya la mentira, aunque la repitan incesantemente, no puede ser ocultada. No se les ve ni se sienten. ¿Están huyendo? ¿Se están preparando para un ataque final? ¿Tienen otras barajas debajo de la manga y la sacarán en su momento oportuno? No lo sabemos. Debemos estar alerta porque el “animal herido es muy peligroso y es capaz de cualquier cosa”.

Otro aspecto importante, en este  momento, pareciera que el propio gobierno no confía en las Fuerzas Armadas y ha recurrido, para defenderse, a los temibles y abominables colectivos, presos comunes y otros grupos irregulares. Habrá que hacer una campaña para enseñarles a sus integrantes, que ellos si serán responsables por los delitos que cometan porque no son los responsables de las armas de la República. Si se identifica quiénes son los culpables de cualquier delito en contra de la población, no se salvarán de la justicia. En otras palabras, están siendo utilizados como tontos útiles, que serán culpables de los hechos que  pudieren  ocurrir.

Montréal, 20 de marzo 2019

Ligia Valladares de Salcedo

jeudi 22 juin 2017

Acuerdos y pactos

En las actuales circunstancias que vive el país se hace necesario, en nuestro entender,  llegar a Acuerdos y Pactos para afrontar la crisis tan profunda y que cada día se agudiza más. Después de más de ochenta días de protestas continuas, entendidas como el mecanismo que ha usado la oposición para presionar por una salida a esta coyuntura histórica, se hace necesario recuperar la negociación política como el método menos traumático de lucha política.  La estrategia utilizada ha sido de un costo  humano, social y económico muy grande. Lo entendemos y justificamos completamente porque el enemigo es muy poderoso, tienes sus raíces más profunda en un deseo de dominación absoluto de la población prevalidos de haber seguido y utilizado el perverso régimen cubano, y la intromisión de sus peones en todas las esferas del poder político, pero aderezadas con las lacras del narcotráfico y el terrorismo internacional, incluyendo a las FARC y al ELN de Colombia.
El o los  Acuerdos a quedeben llegarse incluyen,además de la oposición,a una parte significativa del actual régimen que no están de acuerdo con las decisiones que se han tomado y se han ido alejando de convalidar las obscenas decisiones tomadas por  los poderes ejecutivo y judicial; pero , como es natural, tampoco están de acuerdo con lo que se ha denominado “la oposición”, tanto como la que sigue a la MUD, como la que se incorpora a la protesta porque está convencida que debe participar, que debe hacer algo para recuperar el país que se nos desvaneció en los últimos dieciocho años.
Pensamos que debe negociarse entre las partes un Acuerdo Macro,al cual podrían incorporase, posteriormente, otros Acuerdos Parciales para profundizar las resoluciones convenidas. El principio  básico, obviamente, debe ser un cambio de gobierno pacífico y a corto plazo por vía electoral. El camino a seguir ya lo acordarán conjuntamente.
Los compromisos que se decidan deben abarcar, como mínimo, la re-institucionalidad del  Estado, retorno al sistema democrático, estrategias y políticas para solventar las principales carencias que padece  la población:
Hambre, salud, seguridad ciudadana, seguridadjurídica y restablecimiento del Estado de Derecho, y el rescate del sistema electoral.
Por otra parte, para llegar a los Acuerdos es necesario que la oposición como protagonista principal, asuma una cosa de la que siempre hemos insistido: una unidad a toda prueba, no una unidad electorera que le ha hecho tanto daño al país. En este proceso ya surgirán los verdaderos líderes responsables de reconstruir a Venezuela, para eso es indispensable que se llegue a un Pacto. Estamos convencidos que la solución no está en las manos de una sola persona. El problema es demasiado complejo, con múltiples variables.
No vemos con claridad  el panorama actual. Son tantos los intereses en juego que este cambia significativamente de un momento a otro. Lo que debemos tener claro es que, sin un pacto unitario de la oposición no hay éxito.
Estamos de acuerdo en lo que dice el padre Ugalde. La estrategia debe ser por intermedio de un gobierno provisional que organice los cimientos de lo que será el proceso de reconstrucción del país: satisfaga las emergencias de las necesidades básicas de la población, atienda el sistema financiero y organice y realice las elecciones. Para eso tendría un año de arduo trabajo. Un grupo. Un equipo.
La salida de la dictadura pasa por el umbral de los Acuerdos. La entrada a la democracia y libertad pasa por un pacto.
Montreal, 19 de junio de 2017
Ligia Valladares de Salcedo

mercredi 25 janvier 2017

¡TODOS SOMOS ACTORES!

Y...¿por qué estoy aquí? Es una pegunta que se hacen, para su adentro, muchos venezolanos fuera del país cuando padecen la sensación de desarraigo. Por circunstancias muy especiales, que no viene al caso explicar, nos encontramos en un país que no es el nuestro. Dicen que es uno de los países mejor para vivir, con una calidad de vida extraordinaria, pero no es nuestra Venezuela. Nuestro terruño amado.
La sensación que sentimos es que nos han arrancado, literalmente, de nuestra tierra, para sembrarnos en otra, con la esperanza que  echemos raíces. Los minerales y la tierra no son iguales  a los que estamos habituados. Los olores, los sabores, la música. El clima y el idioma diferente. Nostalgia por la familia, los amigos... Sentimos que tenemos unas raicillas jóvenes y endebles que tratan de arraigarse a otra tierra, pero no llegan a darnos el soporte que toda planta, pesada, adulta ya vencida, necesita. El desarraigo es fuerte. Nos consuela siempre que estamos cerca de los hijos que nos quieren y que son especialmente delicados en darnos  amor, calor, soporte y comprensión que no tenemos en Venezuela.
Nos relacionamos con muchos venezolanos que decidieron huir del país. Muchas personas opinan que quienes se han ido optaron por la salida fácil de emigrar. Nada más lejos de la realidad.  Si se quiere podría considerarse una decisión traumática. Tienes que empezar por hacerte de nuevos amigos que sean realmente compatibles con tu modo de ser. Es una falacia pensar que cuando se emigra, los nacionales de los países receptores nos están esperando con los brazos abiertos porque somos unos cráneos, como dicen los jóvenes, o lo más común y erróneo es creer que cuando sepan lo inteligente, preparado y buena gente que eres, te lloverán muchas ofertas de trabajo y prontamente lograras satisfacer tus necesidades y las de tu familia. Mentira. Todo lo contrario, para empezar eres un inmigrante y, como dice el chiste, una cosa es de turista y otra muy diferente de inmigrante. Muchos recelan de los extranjeros y prefieren darle los buenos puesto de trabajos a sus nacionales, como es natural.  En muchos casos no consigues laborar en lo que te especializaste o te dan un trabajo inferior al que tu habías llegado en el país. Hay quienes piensan que al llegar de inmigrante vas a mantener tu mismo nivel de vida como tener carro, casa propia, tomarte tu cervecita de vez en cuando, ir al cine habitualmente, etc. Tienes que cortar mucha tela, pasar por muchas dificultades y, a la larga, te iras integrando poco a poco. Siempre serás extranjero.
Los seudo analistas políticos critican porque los que emigraron evadieron la responsabilidad, mientras que los que viven allá pasan trabajo y necesidad. Se consideran mejores ciudadanos, valientes, arriesgados y que  dan el pecho para inmolarse por la patria. Me consta que hay muchos que se inmolan.  Que se hayan marchado  fuera del país casi tres millones de personas no quiere decir que no quieran a Venezuela y que si las condiciones cambian, muchos no dudarían en regresa.
Ahora bien, esa diáspora es demasiado grande para ignorarla y sumada al 80% que decidieron por una Asamblea Nacional de la oposición, constituyen una poderosa fuerza. Están vivos observando lo que pasa en Venezuela y explicándole al mundo lo que se padece y desconcertados con lo que diariamente se publica de calamidades, necesidades, sufrimientos. Es una pena, pero en estos 17 años se le ha truncado la vida a millones de persona. Nadie tiene derecho a decidir tu vida. Y eso es lo que se ha pretendido hacer.
No logramos explicarnos como un país puede seguir jugando a una política que no es tal. Sin un Estado donde prevalezca el Derecho de todos, sobre intereses particulares y mezquinos.  ¿Dónde se ha visto que poderes legalmente constituidos sean ignorados, vejados, amenazados? El gobierno es abiertamente represivo, autoritario y fascista. Y una oposición donde habitan demasiados aspirantes a disfrutar del poder, que no logran ponerse de acuerdo para funcionar como un bloque que se haga sentir, con políticas y estrategias para lograr el cambio que se requiere. Que si ese cambio se logra, con el favor de Dios, no se lancen, desesperadamente, a darle palo a una piñata, vendados los ojos, cada uno proponiendo, a cual más heterogénea y aislada, una solución inmediata. ¿Será que realmente piensan en Venezuela, o más bien, en su particular visión desarticulada? Se necesita  un objetivo preciso, un plan de acción a gran escala ( nacional e internacional), un proyecto de la Venezuela posible y de cómo se podrá lograr.
Con mucha frecuencia surgen otras dos o tres personas más que proponen un camino para salir de este embrollo. Pero no es un simple “quítate tu para ponerme yo. No hay unidad de acción y de visión de lo que queremos: un nuevo país, prospero, fuerte, sin  discriminaciones,  con mejores condiciones sociales, con una política de reforzar todo un sistema de valores que ha sido arrasado, con un sistema económico que reanime el aparato productivo, etc. Cada día la meta se ve más lejana.
Cada día nos asombra más que la institucionalidad vaya como camión desbocado  por una pendiente que está próxima al precipicio. Pareciera que jugáramos a profundizar la anarquía ¡Todos somos  actores!
San José, 20 de enero de 2017
Ligia Valladares de Salcedo 

lundi 29 août 2016

Y de los acuerdos ¿Qué?

Consideramos que la oposición, como fuerza política para el cambio, debe  seguir una ruta con metas y objetivos muy claros. La meta debería ser la solución de los grandes y profundos problemas nacionales, los cuales son de tal magnitud que se necesitan personas capaces de embarcarse en desentrañarlos por áreas y proponer soluciones en todos los órdenes: institucional, entendiendo que se debe de reconstruir a todos los órganos del poder público, base fundamental de las democracias. El económico, que tiene múltiples aristas. El educacional, del cual depende el futuro del país.  La salud pública y privada. La seguridad que azota sin discriminación a toda la población. La jurídica que hoy por hoy no existe. La política, entendiendo, dentro de otros tópicos, lo concerniente al sistema electoral; cómo enfrentar al enemigo invisible de la seguridad del Estado, hoy en manos de cubanos e integrado por grupos violentos y estructuras paramilitares, y de las armas en manos de la población.  Sin duda que para llegar a todo esto  se debe producir un cambio de gobierno, pero, y aquí está el pero, las individualidades y los diferentes grupos políticos tienen que trabajar de común acuerdo con los objetivos a alcanzar, con las estrategias de acción y, lo más importante, con la voluntad política de conseguirlo, entendiendo como voluntad política el llegar a acuerdos, tratar de alcanzarlos e irlos evaluando periódicamente. Todo esto  pareciera un desarrollo teórico no aplicable a lo que vivimos, pero tiene una base en lo que percibimos.

Una pregunta que se hace una parte de la población es: ¿Cómo será un inmediato próximo gobierno de la oposición, si  algunos ciudadanos la sentimos  dividida? Pareciera que algunos de los grupos y personalidades que la integran tienen los mismos criterios  de quienes nos gobiernan: la poca importancia de los problemas reales que sufre el país. ¿Por qué decimos esto? Si realmente les preocupa el país tendrían que tener claro cuáles son las metas y los objetivos a alcanzar, y para ello es necesario que se logren acuerdos muy claros y precisos, que los venezolanos  entendamos y que  nos induzcan a depositar en ellos toda nuestra confianza. Que sean factibles de llevar a cabo, y que se sienta que  realmente a  sus dirigentes les importa el país y no sólo sus posiciones  políticas, como  hemos oído a muchos  que tienen esa apreciación.

Notamos que la Mesa de la Unidad Democrática, como cuerpo colegiado que es, se tarda en tomar decisiones y de llegar a acuerdos. Pareciera  que no existiera una planificación de la ruta a seguir. Así lo visualizan  muchos. Nos imaginamos a un grupo humano, de cualquier tamaño, viendo cómo van a quedar en la repartición de sus cuotas de poder. Ya lo han demostrado en anteriores circunstancias de elecciones de gobernadores, diputados, etc. ¡cuántas personas se han retirado o violentado porque no los pusieron donde ellos creían que se merecían! Por cierto, no es hora de merecimientos, si vamos a ver, quien verdaderamente lo merece es el pueblo que lleva tantos años padeciendo.

La MUD decidió las estrategias a seguir, al parecer, satisfaciendo a los diferentes grupos que trataron de poner en juego alguna de todas las iniciativas acordadas por ella.  Un candidato “picó adelante” y tomó la bandera del revocatorio, haciendo campaña y presionando a la población para seguirle. Al ser tendencia, la mayoría de los otros grupos lo han apoyado. Eso puede significar puntos a favor de ese candidato, aunque podríamos decir que todos los venezolanos somos precandidatos… a algo. Muchísimos aspiran llegar a Miraflores, aunque para que quien llegue sea su tumba o su consagración.  Pareciera que ningún  partido de la oposición tiene  la suficiente fuerza humana necesaria para gobernar a un país que se ha esfumado del horizonte. Si “todos a una” como Fuente Ovejuna no apoyan al gobierno que se elija, esto quiere decir, que si votaron por tal o cual persona porque fue la que se seleccionó,  no se sientan obligados a respaldarlos y al siguiente día de tomar posesión de su cargo empiecen a hacerle oposición, acompañados de lo que quede del chavismo. Entonces el gobierno no podrá darle rápidas, efectivas consensuadas soluciones al país y empiecen a improvisar lo que deben hacer. ¡Que frustración! El darle salida al futuro a una población que ha sufrido durante tanto tiempo hambre, sed, desatención de su salud, inflación exorbitada, etc. se verá frustrada y exigirá soluciones inmediatas que alivien sus penas. A la población también hay que prepararla para que no espere lo que no puede venir y para que  ayude con lo poco o mucho que pueda aportar. Todos podemos.

¿Quién asumirá tan magna tarea? Todos juntos, respetando los acuerdos de colaboración y apoyo a los que nuestros dirigentes hayan llegado. No es una cuestión personal. No es un individuo que estará en la Presidencia dando órdenes, haciendo campaña electoral y ofreciendo cosas que no será capaz de realizar. Es un grupo humano multicolor, cada uno con sus especialidades o responsabilidades, que deberá trabajar para encontrar el verdadero camino del cambio. Pura teoría, dirán ustedes, sí, pero esas teorías han sido probadas en otros tiempos y circunstancias y han sido exitosas, por eso nos preguntamos: Y de los acuerdos ¿Qué? Nos contestarán: vendrán.  Esperamos que sea ahora, porque para mañana es tarde.

Montreal, 17 de agosto de 2016

Ligia Valladares de Salcedo

mardi 1 décembre 2015

VOTAR: ¿POR QUÉ?

En el sistema electoral venezolano y, nos atrevemos a decir, en el cualquier país del mundo, los votos que se cuentan son de los ciudadanos que ejercieron su derecho al voto. En otras palabras, la abstención no produce ningún efecto en los resultados. Si se utiliza esa estrategia, tal como lo hicimos en las elecciones a diputados de la Asamblea en el 2005,  que fue nefasto para el país.  Aunque en esa oportunidad los resultados fueron pírricos, favorecieron a la parte de los ciudadanos  que votaron. Sus consecuencias fue el apoderamiento, valga la redundancia, de los poderes públicos en forma total y absoluta. ¿La decisión de abstenerse fue expresión de rebeldía o sanción moral? ¿Se produjo algún desconocimiento de los candidatos electos? ¿Se volvieron a repetir las elecciones?  Y…¿en dónde puede suceder eso?  -  “ … ¿onde está esa tierra, negro mojino, que ya casi nos tienes la boca aguá?... son puras invenciones, pa conversá”  como dice el poema  “Habladurías” de Manuel Rodríguez Cárdenas.

Entonces ¿cuál es la motivación para ejercer nuestro derecho a votar?
Es un asunto ético y moral. Cuando están en juego el bien contra el mal, se nos enseñó desde niños, que nuestra opción debe ser siempre por el bien. El sentir de los venezolanos hoy día es  que estamos viviendo una de las épocas más duras y negras de nuestra historia,   que ha minado profundamente las bases éticas y morales de la población. Pareciera que estamos cerca del caos y la anarquía generalizada.

La libertad: Dios nos hizo libres.  Ese es el más grande regalo que  nos dio, después de la vida. La libertad es un concepto muy amplio, abarca no solo a las personas individualmente, sino  también como sociedad. Como seres humanos únicos e irrepetibles tenemos la libertad de decidir y construir nuestro futuro personal, nuestro proyecto de vida. Para ser verdaderamente libres necesitamos de educación de calidad, garantías de servicios de salud eficaces y que existan condiciones socio económicas para vivir libremente. La libertad plena la alcanzaremos cuando seamos realmente útiles, autónomos y capaces de autofinanciarnos a nosotros y a nuestras familias. Como sociedad debemos tener libertad de expresarnos, de conciencia, de poder elegir a nuestros gobernantes, quienes deben ejercer la responsabilidad y autoridad del país. La elección de las autoridades para ejercer el Poder Ejecutivo y Legislativo, según la Carta Magna de Venezuela, es un derecho y un deber de los ciudadanos. Y  quizás una de las bondades de la democracia es que pueda autocorregirse haciendo posible la alternancia en el ejercicio de las funciones públicas donde “dos o más partidos… puedan sucederse en el poder dentro del marco de las instituciones existentes” (DLI).  Es lo más sano para una sociedad. Le da equilibrio y la oportunidad de autocorregirse porque sabemos que cada cierto tiempo podemos cambiar a quienes nos gobiernen en beneficio del bien común.

La dignidad de la persona humana. Dios nos creó a su imagen y semejanza y heredamos la dignidad de hijos de Dios. Consiste en que  el hombre actúe según su conciencia, es decir, movido e inducido por convicción interna y personal y no bajo presión de un  impulso interior o por mera coacción externa (CIC 1705). Para ello se requiere que prevalezca el bien común, es decir, el bien de la sociedad sobre los intereses personales o grupales. Esto implica que sea la dignidad del hombre el modelo que sirva para evaluar y planificar la vida en sociedad. Por su dignidad,  el respeto de las personas es absolutamente indispensable. Es la base del entendimiento e interacción en la sociedad.

El bien común es  uno de los principios de la doctrina social de la Iglesia junto con la subsidiariedad y la solidaridad.  Se entiende como  “el conjunto de las condiciones de la vida social que hacen posible para las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de su propia perfección” (Concilio Vaticano II).  Cada uno de nosotros, como individuos, debemos asumir nuestro papel en la sociedad conforme al bien común, esto nos impele a una conversión interior para que actuemos entendiendo que el bien común está por encima de nuestro bien personal o grupal. Así mismo, quienes ejercen actividades de gobierno y conducción del país deben tener como norte el bien común para desarrollar sus políticas en todos los órdenes de la vida nacional.

Convivencia social donde se respete a las autoridades, pero que también las autoridades respeten a los ciudadanos y que las normas establecidas para esa convivencia se respeten y haya justicia. Donde se aplique el principio de la solidaridad tanto individual como colectiva: en el plano individual, atendiendo a las necesidades de la personas como tal, en especial de las más necesitadas. Desde el punto de vista colectivo, atendiendo a las necesidades de las organizaciones privadas garantizándoles sus derechos a la propiedad y a  poder ejercer su acción de beneficencia o solidaridad con las personas que así lo requieran, así como poder  producir bienes o prestar servicios que contribuyan a satisfacer las necesidades de la población, fomenten la iniciativa privada y la responsabilidad de cooperación con el poder público. La acción del Estado debe estar orientada a las personas como lo que son: personas,  que sea el sujeto al cual va dirigida su acción y no como objeto que se utiliza para lograr fines de interés personal o grupal.

Por todas las consideraciones anteriores consideramos que tenemos el deber ineludible de VOTAR el 6 de diciembre de 2015.

Caracas, 16 de noviembre de 2015
Ligia Valladares de Salcedo




mardi 6 octobre 2015

TU VOTO VALE

Es verdad: tu voto vale. Mucha gente se precia de que su voto vale, pero no se dan cuenta que el valor del voto es condicional. Decía una persona conocida que ella no votaba por la oposición porque una tal mujer, esposa de un reconocido dirigente político de la oposición, es corrupta. Tratamos de explicarle que la oposición es más que una persona. Somos millones. Una persona corrupta no hace que el resto sea corrupto, en cambio, un gobierno que se ha caracterizado por hacer negocios a la sombra del poder y han llevado al país a la ruina, esos si son  corruptos, tanto en cantidad como en  calidad de corrupción. Pensándolo bien, creo que a falta de un mejor argumento, ella no quería que supiéramos que es simpatizante del gobierno.

Otros argumentos que se esgrimen es que, como mi voto vale, yo me abstengo porque todos los políticos son iguales; o sea, que prefiere que las cosas sigan como están. Después, cuando se quejan del gobierno, provoca tener poca caridad y decirles que son parte de la culpa de lo que sucede. Pero hay que saber perdonar. No se dan cuenta que la sumatoria de los votos de todos los abstencionistas lo que dan es más probabilidades al oponente para que gane. Los votos válidos son de los que realmente han ejercido su derecho al voto, entonces la diferencia favorece a la otra parte.  Parece que quienes así opinan no tienen criterio para discernir el efecto de su acción en los resultados. Cuando hay dos candidatos uno malo y otro menos malo, es preferible votar por el menos malo. Como dice el dicho: de los males, el menor. Tienen que saber medir las consecuencias de su decisión y eso no se le ha  enseñado a  la población. Los que se abstienen porque no creen ni en ellos mismos, son anárquicos y dicen que ellos pueden hablar bien o mal de unos y de otros. Es una posición cómoda. Entonces siempre criticaran a unos y otros y nunca estarán de acuerdo con nadie. No sabemos si eso los hace felices y si nunca sentirán  los efectos de las acciones de los gobiernos. Los que no votan porque aprovechan el día para ir a la playa, ya que hay menos gente y la pueden disfrutar plenamente. Esos no tienen conciencia de nada. Sencillamente son egoístas e irresponsables.

¿Cómo aprender a discernir lo importante de nuestra decisión como electores?:
La democracia, con todas sus imperfecciones, es, según lo ha demostrado la historia, el mejor sistema político. Ahora bien, las elecciones es el medio que se ha ideado para escoger los gobernantes en una democracia, pero debemos tener en cuenta que para que los gobiernos que se apartan de la democracia, cuando no respetan la libertad de las personas, no existe justicia porque la que ofrecen es amañada, se violan sistemáticamente todos los derechos civiles, políticos y económicos de la población, desvirtúan la esencia misma de la democracia y la convierten en una autocracia.  Antes de escoger candidatos a puesto públicos políticos es menester que sepamos que existe el Bien Común, que se fundamenta en la dignidad e igualdad de todos los ciudadanos y a él deben de tender todos los aspectos de la vida social se trata de lograr el bien colectivo, aunque los intereses de algunas personas puedan verse afectadas. El Bien Común comprende las condiciones de la vida social que hacen posible que todos los ciudadanos en su conjunto y cada uno en particular, así como las asociaciones o corporaciones sociales, logren las mejores condiciones de vida posible, tanto en forma individual como colectiva. A la construcción del Bien Común se puede llegar con la participación y colaboración de todos los ciudadanos y de los gobiernos, es decir de los funcionarios públicos que ejercen el poder político, que deben orientar su actividad para lograr ese objetivo. Es la dimensión social del bien moral.

Como católicos somos “responsables de la sociedad  terrestre”. El destino de cada uno de nosotros está ligado al destino del país. Esto lo podemos interpretar literalmente. Esto nos impele a colaborar en la construcción de un futuro mejor, donde se respete la dignidad de la persona humana, su libertad e igualdad y donde exista justicia ya que cuando ésta no es igual para todos los ciudadanos, se pierde el equilibrio social y la equidad.

Como electores debemos anteponer los criterios éticos y morales a los de orden estrictamente políticos. No cabe duda de cuál es la decisión que debemos tomar. “El malvado siempre disfraza sus intenciones con argumentos hermosos”. Eso lo hemos sufrido en los últimos 16 años.  Privan los intereses personales o grupales sobre el Bien Común. No debemos de perder la oportunidad. Es ahora y en estas elecciones. Por eso tu voto vale. Es muy valioso. No lo pierdas.

Montréal, 15 septiembre 2015
Ligia Valladares de Salcedo


vendredi 10 juillet 2015

¡Sólo palabras! No creo

Después de la muerte de Juan Vicente Gómez  (1935), Venezuela  se encontraba  con una gran deuda social, sobre todo en las áreas de salud pública y educación. Una significativa parte de la población vivía en el campo en  ranchos de bahareque con techos de paja,  sin servicios  de agua potable, ni de excretas, con enfermedades endémicas como el paludismo, el mal de chagas, etc. Por supuesto, sin educación. Un alto porcentaje de la población era analfabeta. Vivían de lo que producía el campesino con su familia en una economía de subsistencia. Era una sociedad que la historia había dejado atrás.  En 1936 empezaron las grandes transformaciones sociales en educación y salud. Se aumentó la población escolar y se empezaron a construir  edificaciones ad hoc, principalmente en las ciudades capitales de los estados. Que, dicho sea de paso, eran como pueblos grandes  con características rurales. Existían muy pocas escuelas  y menos aún liceos. En la época de López Contreras se crearon las escuelas técnicas que formaban técnicos medios, tal como la Escuela Técnica Industrial que se hizo famosa porque de ella egresaron técnicos en distintas especialidades que llegaron a ser, en algunos casos, promotores de pequeñas y medianas empresas industriales en beneficio del país. Se creó el Instituto Pedagógico de Caracas del cual salieron excelentes profesores de educación media (bachillerato y normal). También se reconoció la educación privada como parte del sistema educativo. En la época de Medina Angarita aumentó la población escolarizada y continuaron construyendo edificios para escuelas y liceos con modelos tipos que todavía se conservan en todo el territorio nacional. También se construyó la Ciudad Universitaria de Caracas, sede de la Universidad Central de Venezuela y se diversificó la oferta de nuevas carreras.

El déficit de institutos educacionales persistía, así como el analfabetismo. A partir del gobierno de Betancourt se masificó la educación en todos sus niveles, proceso que se mantiene todavía. Disminuyó el índice de analfabetismo, uno de los mecanismos para lograr tal fin fue el sistema “Acude. Te estamos esperando” para enseñar a leer y escribir que, por cierto, el gobierno de Chávez llevó a Cuba como un  aporte en sus intercambios. Estos fueron grandes logros  que beneficiaron a una parte de la población, pero nos quedamos atrás en cuanto   a la calidad de la educación. Todos los gobiernos han aplicado políticas y métodos educativos según las distintos avances en la materia, en algunos casos, incorporando las innovaciones en métodos y procedimientos (enseñanza por objetivos, ahora está en boga por proyectos, etc.) pero que no se han sentido como verdaderos avances en la calidad.  Debemos reconocer que durante el gobierno de Marcos Pérez Jiménez  el acceso a la educación media y universitaria era más exigente. Los aspirantes debían presentar exámenes de admisión durante una semana. Las evaluaciones semestrales y finales se hacían mediante tres pruebas: escrita, oral y práctica (en las materias que lo exigían). Eran eliminatorias. Si no se aprobaba la prueba escrita, no se pasaba a las otras. Se trataba de mejorar la calidad de la educación, pero no sabemos si había otros mecanismos adicionales, como formación de los docentes y atender sus necesidades laborales, etc.

Ahora, en 2015, todavía existe una deuda social en este aspecto y es una rémora para el país. El hambre y la ignorancia son como heridas, dejan su huella a lo largo de toda la vida. Se pueden paliar, pero quedan las cicatrices. Cuando no tenemos profesores especialistas en algunas materias y los estudiantes no  logran cursar  los programas correspondientes, cuando los maestros y profesores no son escogidos por su experiencia y formación profesional, cuando no existen métodos  de evaluación eficientes para medir el rendimiento de los alumnos, etc. en general, el producto final del sistema, a nivel medio, en muchos casos, no reúne los requisitos para superar  la educación de tercer nivel y es causa de muchos fracasos y deserciones del sistema.

En estos momentos, el gobierno nacional pretende masificar también la educación superior, pero dejando a un lado la calidad. Formación universitaria sin calidad significa pobreza y retroceso para un país y una gran estafa para los estudiantes. Si leemos las ideas de nuestros Ministros como el de Educación  que ha dicho que a los jóvenes hay que mantenerlos en la pobreza porque si no van a querer ser “escuálidos”; ahora,  el  Ministro de Planificación y Conocimiento nos hace ver el  futuro que nos espera: “El gobierno ha creado el ‘Sistema Nacional de Ingresos’” para la educación superior, (entiéndase a la educación, no a los ingresos presupuestarios universitarios pues no se ve voluntad de atender este problema). El objetivo  de esta propuesta es que  todas las Universidades públicas, incluyendo las autónomas, tendrán que aceptar los estudiantes que le asigne le Ministerio de Educación Superior para que no “…regresen ninguno de los cupos a ningún mecanismo ‘perverso’ de asignación…”. Lo perverso se entiende entonces a las pruebas de admisión, ya que las universidades no podrán seguir seleccionando a los aspirantes a  ingresar a las distintas carreras,  pareciera  se busca eliminar la calidad de la educación que se ofrece actualmente, ya que el nivel de conocimientos de los que se incorporan a la educación superior, muchas veces, no  satisface  la exigencias de las distintas carreras. (¿Conocerá acaso el Ministro los índices de “repitencia” en matemáticas en las carreras donde se cursa esa asignatura?) El Ministro de Planificación dice que para“… el Plan que presenta de aquí al 2019, las universidades deben adecuar su oferta académica en función del desarrollo que demanda el país… encauzar, direccionar la educación vinculándola al desarrollo del país” y… ¿cuál es ese desarrollo? Como lo propuso el anterior presidente en uno de sus planes: “adecuar el sistema educacional al modelo productivo socialista”. Pareciera que la intención va más allá: al orden ideológico.

No creemos que sean palabras banas. Pareciera que también es una estrategia política para acabar con la autonomía universitaria pues, al incorporar todos los estudiantes que ellos aspiran, se convertirían en promotores y defensores del régimen. Hace ya varios años, el gobierno tiene paralizada  las elecciones de las autoridades universitarias porque pretende establecer el sistema de paridad para los electores. Esto es, que todos los alumnos y empleados tendrán igual voto que los profesores para decidir el destino de las universidades autónomas. Creemos que estamos en presencia de un golpe mortal a la universidad autónoma, plural y universal.

Caracas, 15 de junio de 2015

Ligia Valladares de Salcedo
Artículo publicado en Reporte Católico Laico