mercredi 2 avril 2014

¿HONOR? …

Según la página web de la Guardia Nacional Bolivariana, sus funciones básicas de son: control del orden público, cooperar con la defensa de la nación, policía administrativa e investigación penal. En su VISIÓN se dice que están “especializados en interactuar en un ambiente con alta calidad de vida … y apoyados en una sólida plataforma tecnológica, logística y financiera lograremos  nivel de excelencia … llevando el valor más preciado de la institución: EL HONOR  ES SU DIVISA”.

Según el Diccionario Larousse Ilustrado, se entiende por honor, entre otras acepciones,  “La cualidad moral de una persona que actúa de acuerdo a su propia estimación: Un hombre de honor”. También  se considera la “Dignidad, consideración de la que se está orgulloso: venga su honor”. “Tener honor: considerar que es causa de orgullo”.

Hasta el día de hoy, después  de 77 años de fundada, pareciera que los venezolanos no nos sentimos orgullosos de ellos, ni se merecen que los tratemos con honor puesto que su actuación es moralmente inaceptable.  

Analizando  la información de su página web, la calidad de vida en este país no existe. Nadie puede explicarla porque hace muchos años que se ha ido perdiendo, y no tenemos referencias cercanas acerca de ello, a menos que hayamos visitados otros países; lo que no está al alcance de la mayoría de la población. En cuanto a sentirnos orgullosos de su desempeño, muchas personas tenemos cuentos que nos ha tocado vivir de cerca con respecto a la Guardia. Algunos cuentos que voy a narrar  son viejos, pero están vigentes: un pariente lejano de mi esposo, guardia nacional, nos visitó para solicitarle sirviera como referencia familiar para que lo incorporaran a la Guardia de Honor Presidencial. Nos contó de sus adelantos en el ejercicio de sus funciones: detuvieron a una persona que trataba de meter al país un lote de finos relojes suizos. El grupo de guardias les decomisó los relojes y se los repartieron entre ellos. Hacía ostentación de cuánto se había ganada en ese “negocio”. En otro cargo que tuvo como vigilante de una industria de parabrisas para automóviles, con sede en Valencia, todas las semanas que no tenía guardia, él  y otro compañero, se robaban dos parabrisas y tenían talleres donde se los compraban. Esos eran los cuentos menuditos. Asqueaba la conversación. Aspiraba el cargo en la guardia de Honor porque allí les daban un sobresueldo, de la partida secreta de Miraflores. Por supuesto, mi esposo le dijo que no lo pusiera de referencia familiar.
¿Por qué la escasez de alimentos en la frontera? Porque pasan innumerables camiones con mercancía nacional o importada por Venezuela, como contrabando de extracción, especialmente alimentos, los cuales se cotizan a muy buen precio en Colombia. Esto es todo un cangrejo, según se comenta, porque están comprometidos oficiales de distintas graduaciones, entre ellos Generales, hasta los menos favorecidos, Guardias; funcionarios que fiscalizan los impuestos y capos internacionales. A los de arriba les llueve y a los de abajo les llega su chorrito.

Cuando vigilaban internamente las cárceles eran ellos los que introducían el arsenal bélico con que cuentan los presos, muy bien pagado, por supuesto. Otra práctica poco honrosa, por cierto, cada preso nuevo era vendido por los guardias, se decía, que los entregaban a los pranes que les ofrecieran más dinero, porque se los revendían a los otros presos para ser abusados sexualmente. Y así podríamos llenar muchísimas páginas con dolorosas y trágicas experiencias de todos los lectores.

Ahora, en estos momentos que vivimos lo que nos impacta, como individuos y como sociedad, es la forma bestial, violenta, salvaje, llena de odio, de deseos de venganza, con saña, utilizando, por supuesto, “la plataforma tecnológica” que poseen y, también, con los cascos o cualquier otro objeto contundente: fusil, peinilla, etc., con que maltratan a los manifestantes. En especial es bueno observar que lo que disparan son perdigones, pero no a las piernas  sino a los ojos, por si acaso no muere, la víctima quedará ciega de un ojo; o a los genitales, no por el dolor que les acusa a las víctimas, sino por las consecuencias que podría tener, caparlos disimuladamente.

¿Quién puede hablar de honor? Con razón dicen que


“ …NI SE DIVISA”