mardi 6 octobre 2015

TU VOTO VALE

Es verdad: tu voto vale. Mucha gente se precia de que su voto vale, pero no se dan cuenta que el valor del voto es condicional. Decía una persona conocida que ella no votaba por la oposición porque una tal mujer, esposa de un reconocido dirigente político de la oposición, es corrupta. Tratamos de explicarle que la oposición es más que una persona. Somos millones. Una persona corrupta no hace que el resto sea corrupto, en cambio, un gobierno que se ha caracterizado por hacer negocios a la sombra del poder y han llevado al país a la ruina, esos si son  corruptos, tanto en cantidad como en  calidad de corrupción. Pensándolo bien, creo que a falta de un mejor argumento, ella no quería que supiéramos que es simpatizante del gobierno.

Otros argumentos que se esgrimen es que, como mi voto vale, yo me abstengo porque todos los políticos son iguales; o sea, que prefiere que las cosas sigan como están. Después, cuando se quejan del gobierno, provoca tener poca caridad y decirles que son parte de la culpa de lo que sucede. Pero hay que saber perdonar. No se dan cuenta que la sumatoria de los votos de todos los abstencionistas lo que dan es más probabilidades al oponente para que gane. Los votos válidos son de los que realmente han ejercido su derecho al voto, entonces la diferencia favorece a la otra parte.  Parece que quienes así opinan no tienen criterio para discernir el efecto de su acción en los resultados. Cuando hay dos candidatos uno malo y otro menos malo, es preferible votar por el menos malo. Como dice el dicho: de los males, el menor. Tienen que saber medir las consecuencias de su decisión y eso no se le ha  enseñado a  la población. Los que se abstienen porque no creen ni en ellos mismos, son anárquicos y dicen que ellos pueden hablar bien o mal de unos y de otros. Es una posición cómoda. Entonces siempre criticaran a unos y otros y nunca estarán de acuerdo con nadie. No sabemos si eso los hace felices y si nunca sentirán  los efectos de las acciones de los gobiernos. Los que no votan porque aprovechan el día para ir a la playa, ya que hay menos gente y la pueden disfrutar plenamente. Esos no tienen conciencia de nada. Sencillamente son egoístas e irresponsables.

¿Cómo aprender a discernir lo importante de nuestra decisión como electores?:
La democracia, con todas sus imperfecciones, es, según lo ha demostrado la historia, el mejor sistema político. Ahora bien, las elecciones es el medio que se ha ideado para escoger los gobernantes en una democracia, pero debemos tener en cuenta que para que los gobiernos que se apartan de la democracia, cuando no respetan la libertad de las personas, no existe justicia porque la que ofrecen es amañada, se violan sistemáticamente todos los derechos civiles, políticos y económicos de la población, desvirtúan la esencia misma de la democracia y la convierten en una autocracia.  Antes de escoger candidatos a puesto públicos políticos es menester que sepamos que existe el Bien Común, que se fundamenta en la dignidad e igualdad de todos los ciudadanos y a él deben de tender todos los aspectos de la vida social se trata de lograr el bien colectivo, aunque los intereses de algunas personas puedan verse afectadas. El Bien Común comprende las condiciones de la vida social que hacen posible que todos los ciudadanos en su conjunto y cada uno en particular, así como las asociaciones o corporaciones sociales, logren las mejores condiciones de vida posible, tanto en forma individual como colectiva. A la construcción del Bien Común se puede llegar con la participación y colaboración de todos los ciudadanos y de los gobiernos, es decir de los funcionarios públicos que ejercen el poder político, que deben orientar su actividad para lograr ese objetivo. Es la dimensión social del bien moral.

Como católicos somos “responsables de la sociedad  terrestre”. El destino de cada uno de nosotros está ligado al destino del país. Esto lo podemos interpretar literalmente. Esto nos impele a colaborar en la construcción de un futuro mejor, donde se respete la dignidad de la persona humana, su libertad e igualdad y donde exista justicia ya que cuando ésta no es igual para todos los ciudadanos, se pierde el equilibrio social y la equidad.

Como electores debemos anteponer los criterios éticos y morales a los de orden estrictamente políticos. No cabe duda de cuál es la decisión que debemos tomar. “El malvado siempre disfraza sus intenciones con argumentos hermosos”. Eso lo hemos sufrido en los últimos 16 años.  Privan los intereses personales o grupales sobre el Bien Común. No debemos de perder la oportunidad. Es ahora y en estas elecciones. Por eso tu voto vale. Es muy valioso. No lo pierdas.

Montréal, 15 septiembre 2015
Ligia Valladares de Salcedo