mardi 1 décembre 2015

VOTAR: ¿POR QUÉ?

En el sistema electoral venezolano y, nos atrevemos a decir, en el cualquier país del mundo, los votos que se cuentan son de los ciudadanos que ejercieron su derecho al voto. En otras palabras, la abstención no produce ningún efecto en los resultados. Si se utiliza esa estrategia, tal como lo hicimos en las elecciones a diputados de la Asamblea en el 2005,  que fue nefasto para el país.  Aunque en esa oportunidad los resultados fueron pírricos, favorecieron a la parte de los ciudadanos  que votaron. Sus consecuencias fue el apoderamiento, valga la redundancia, de los poderes públicos en forma total y absoluta. ¿La decisión de abstenerse fue expresión de rebeldía o sanción moral? ¿Se produjo algún desconocimiento de los candidatos electos? ¿Se volvieron a repetir las elecciones?  Y…¿en dónde puede suceder eso?  -  “ … ¿onde está esa tierra, negro mojino, que ya casi nos tienes la boca aguá?... son puras invenciones, pa conversá”  como dice el poema  “Habladurías” de Manuel Rodríguez Cárdenas.

Entonces ¿cuál es la motivación para ejercer nuestro derecho a votar?
Es un asunto ético y moral. Cuando están en juego el bien contra el mal, se nos enseñó desde niños, que nuestra opción debe ser siempre por el bien. El sentir de los venezolanos hoy día es  que estamos viviendo una de las épocas más duras y negras de nuestra historia,   que ha minado profundamente las bases éticas y morales de la población. Pareciera que estamos cerca del caos y la anarquía generalizada.

La libertad: Dios nos hizo libres.  Ese es el más grande regalo que  nos dio, después de la vida. La libertad es un concepto muy amplio, abarca no solo a las personas individualmente, sino  también como sociedad. Como seres humanos únicos e irrepetibles tenemos la libertad de decidir y construir nuestro futuro personal, nuestro proyecto de vida. Para ser verdaderamente libres necesitamos de educación de calidad, garantías de servicios de salud eficaces y que existan condiciones socio económicas para vivir libremente. La libertad plena la alcanzaremos cuando seamos realmente útiles, autónomos y capaces de autofinanciarnos a nosotros y a nuestras familias. Como sociedad debemos tener libertad de expresarnos, de conciencia, de poder elegir a nuestros gobernantes, quienes deben ejercer la responsabilidad y autoridad del país. La elección de las autoridades para ejercer el Poder Ejecutivo y Legislativo, según la Carta Magna de Venezuela, es un derecho y un deber de los ciudadanos. Y  quizás una de las bondades de la democracia es que pueda autocorregirse haciendo posible la alternancia en el ejercicio de las funciones públicas donde “dos o más partidos… puedan sucederse en el poder dentro del marco de las instituciones existentes” (DLI).  Es lo más sano para una sociedad. Le da equilibrio y la oportunidad de autocorregirse porque sabemos que cada cierto tiempo podemos cambiar a quienes nos gobiernen en beneficio del bien común.

La dignidad de la persona humana. Dios nos creó a su imagen y semejanza y heredamos la dignidad de hijos de Dios. Consiste en que  el hombre actúe según su conciencia, es decir, movido e inducido por convicción interna y personal y no bajo presión de un  impulso interior o por mera coacción externa (CIC 1705). Para ello se requiere que prevalezca el bien común, es decir, el bien de la sociedad sobre los intereses personales o grupales. Esto implica que sea la dignidad del hombre el modelo que sirva para evaluar y planificar la vida en sociedad. Por su dignidad,  el respeto de las personas es absolutamente indispensable. Es la base del entendimiento e interacción en la sociedad.

El bien común es  uno de los principios de la doctrina social de la Iglesia junto con la subsidiariedad y la solidaridad.  Se entiende como  “el conjunto de las condiciones de la vida social que hacen posible para las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de su propia perfección” (Concilio Vaticano II).  Cada uno de nosotros, como individuos, debemos asumir nuestro papel en la sociedad conforme al bien común, esto nos impele a una conversión interior para que actuemos entendiendo que el bien común está por encima de nuestro bien personal o grupal. Así mismo, quienes ejercen actividades de gobierno y conducción del país deben tener como norte el bien común para desarrollar sus políticas en todos los órdenes de la vida nacional.

Convivencia social donde se respete a las autoridades, pero que también las autoridades respeten a los ciudadanos y que las normas establecidas para esa convivencia se respeten y haya justicia. Donde se aplique el principio de la solidaridad tanto individual como colectiva: en el plano individual, atendiendo a las necesidades de la personas como tal, en especial de las más necesitadas. Desde el punto de vista colectivo, atendiendo a las necesidades de las organizaciones privadas garantizándoles sus derechos a la propiedad y a  poder ejercer su acción de beneficencia o solidaridad con las personas que así lo requieran, así como poder  producir bienes o prestar servicios que contribuyan a satisfacer las necesidades de la población, fomenten la iniciativa privada y la responsabilidad de cooperación con el poder público. La acción del Estado debe estar orientada a las personas como lo que son: personas,  que sea el sujeto al cual va dirigida su acción y no como objeto que se utiliza para lograr fines de interés personal o grupal.

Por todas las consideraciones anteriores consideramos que tenemos el deber ineludible de VOTAR el 6 de diciembre de 2015.

Caracas, 16 de noviembre de 2015
Ligia Valladares de Salcedo




mardi 6 octobre 2015

TU VOTO VALE

Es verdad: tu voto vale. Mucha gente se precia de que su voto vale, pero no se dan cuenta que el valor del voto es condicional. Decía una persona conocida que ella no votaba por la oposición porque una tal mujer, esposa de un reconocido dirigente político de la oposición, es corrupta. Tratamos de explicarle que la oposición es más que una persona. Somos millones. Una persona corrupta no hace que el resto sea corrupto, en cambio, un gobierno que se ha caracterizado por hacer negocios a la sombra del poder y han llevado al país a la ruina, esos si son  corruptos, tanto en cantidad como en  calidad de corrupción. Pensándolo bien, creo que a falta de un mejor argumento, ella no quería que supiéramos que es simpatizante del gobierno.

Otros argumentos que se esgrimen es que, como mi voto vale, yo me abstengo porque todos los políticos son iguales; o sea, que prefiere que las cosas sigan como están. Después, cuando se quejan del gobierno, provoca tener poca caridad y decirles que son parte de la culpa de lo que sucede. Pero hay que saber perdonar. No se dan cuenta que la sumatoria de los votos de todos los abstencionistas lo que dan es más probabilidades al oponente para que gane. Los votos válidos son de los que realmente han ejercido su derecho al voto, entonces la diferencia favorece a la otra parte.  Parece que quienes así opinan no tienen criterio para discernir el efecto de su acción en los resultados. Cuando hay dos candidatos uno malo y otro menos malo, es preferible votar por el menos malo. Como dice el dicho: de los males, el menor. Tienen que saber medir las consecuencias de su decisión y eso no se le ha  enseñado a  la población. Los que se abstienen porque no creen ni en ellos mismos, son anárquicos y dicen que ellos pueden hablar bien o mal de unos y de otros. Es una posición cómoda. Entonces siempre criticaran a unos y otros y nunca estarán de acuerdo con nadie. No sabemos si eso los hace felices y si nunca sentirán  los efectos de las acciones de los gobiernos. Los que no votan porque aprovechan el día para ir a la playa, ya que hay menos gente y la pueden disfrutar plenamente. Esos no tienen conciencia de nada. Sencillamente son egoístas e irresponsables.

¿Cómo aprender a discernir lo importante de nuestra decisión como electores?:
La democracia, con todas sus imperfecciones, es, según lo ha demostrado la historia, el mejor sistema político. Ahora bien, las elecciones es el medio que se ha ideado para escoger los gobernantes en una democracia, pero debemos tener en cuenta que para que los gobiernos que se apartan de la democracia, cuando no respetan la libertad de las personas, no existe justicia porque la que ofrecen es amañada, se violan sistemáticamente todos los derechos civiles, políticos y económicos de la población, desvirtúan la esencia misma de la democracia y la convierten en una autocracia.  Antes de escoger candidatos a puesto públicos políticos es menester que sepamos que existe el Bien Común, que se fundamenta en la dignidad e igualdad de todos los ciudadanos y a él deben de tender todos los aspectos de la vida social se trata de lograr el bien colectivo, aunque los intereses de algunas personas puedan verse afectadas. El Bien Común comprende las condiciones de la vida social que hacen posible que todos los ciudadanos en su conjunto y cada uno en particular, así como las asociaciones o corporaciones sociales, logren las mejores condiciones de vida posible, tanto en forma individual como colectiva. A la construcción del Bien Común se puede llegar con la participación y colaboración de todos los ciudadanos y de los gobiernos, es decir de los funcionarios públicos que ejercen el poder político, que deben orientar su actividad para lograr ese objetivo. Es la dimensión social del bien moral.

Como católicos somos “responsables de la sociedad  terrestre”. El destino de cada uno de nosotros está ligado al destino del país. Esto lo podemos interpretar literalmente. Esto nos impele a colaborar en la construcción de un futuro mejor, donde se respete la dignidad de la persona humana, su libertad e igualdad y donde exista justicia ya que cuando ésta no es igual para todos los ciudadanos, se pierde el equilibrio social y la equidad.

Como electores debemos anteponer los criterios éticos y morales a los de orden estrictamente políticos. No cabe duda de cuál es la decisión que debemos tomar. “El malvado siempre disfraza sus intenciones con argumentos hermosos”. Eso lo hemos sufrido en los últimos 16 años.  Privan los intereses personales o grupales sobre el Bien Común. No debemos de perder la oportunidad. Es ahora y en estas elecciones. Por eso tu voto vale. Es muy valioso. No lo pierdas.

Montréal, 15 septiembre 2015
Ligia Valladares de Salcedo


vendredi 10 juillet 2015

¡Sólo palabras! No creo

Después de la muerte de Juan Vicente Gómez  (1935), Venezuela  se encontraba  con una gran deuda social, sobre todo en las áreas de salud pública y educación. Una significativa parte de la población vivía en el campo en  ranchos de bahareque con techos de paja,  sin servicios  de agua potable, ni de excretas, con enfermedades endémicas como el paludismo, el mal de chagas, etc. Por supuesto, sin educación. Un alto porcentaje de la población era analfabeta. Vivían de lo que producía el campesino con su familia en una economía de subsistencia. Era una sociedad que la historia había dejado atrás.  En 1936 empezaron las grandes transformaciones sociales en educación y salud. Se aumentó la población escolar y se empezaron a construir  edificaciones ad hoc, principalmente en las ciudades capitales de los estados. Que, dicho sea de paso, eran como pueblos grandes  con características rurales. Existían muy pocas escuelas  y menos aún liceos. En la época de López Contreras se crearon las escuelas técnicas que formaban técnicos medios, tal como la Escuela Técnica Industrial que se hizo famosa porque de ella egresaron técnicos en distintas especialidades que llegaron a ser, en algunos casos, promotores de pequeñas y medianas empresas industriales en beneficio del país. Se creó el Instituto Pedagógico de Caracas del cual salieron excelentes profesores de educación media (bachillerato y normal). También se reconoció la educación privada como parte del sistema educativo. En la época de Medina Angarita aumentó la población escolarizada y continuaron construyendo edificios para escuelas y liceos con modelos tipos que todavía se conservan en todo el territorio nacional. También se construyó la Ciudad Universitaria de Caracas, sede de la Universidad Central de Venezuela y se diversificó la oferta de nuevas carreras.

El déficit de institutos educacionales persistía, así como el analfabetismo. A partir del gobierno de Betancourt se masificó la educación en todos sus niveles, proceso que se mantiene todavía. Disminuyó el índice de analfabetismo, uno de los mecanismos para lograr tal fin fue el sistema “Acude. Te estamos esperando” para enseñar a leer y escribir que, por cierto, el gobierno de Chávez llevó a Cuba como un  aporte en sus intercambios. Estos fueron grandes logros  que beneficiaron a una parte de la población, pero nos quedamos atrás en cuanto   a la calidad de la educación. Todos los gobiernos han aplicado políticas y métodos educativos según las distintos avances en la materia, en algunos casos, incorporando las innovaciones en métodos y procedimientos (enseñanza por objetivos, ahora está en boga por proyectos, etc.) pero que no se han sentido como verdaderos avances en la calidad.  Debemos reconocer que durante el gobierno de Marcos Pérez Jiménez  el acceso a la educación media y universitaria era más exigente. Los aspirantes debían presentar exámenes de admisión durante una semana. Las evaluaciones semestrales y finales se hacían mediante tres pruebas: escrita, oral y práctica (en las materias que lo exigían). Eran eliminatorias. Si no se aprobaba la prueba escrita, no se pasaba a las otras. Se trataba de mejorar la calidad de la educación, pero no sabemos si había otros mecanismos adicionales, como formación de los docentes y atender sus necesidades laborales, etc.

Ahora, en 2015, todavía existe una deuda social en este aspecto y es una rémora para el país. El hambre y la ignorancia son como heridas, dejan su huella a lo largo de toda la vida. Se pueden paliar, pero quedan las cicatrices. Cuando no tenemos profesores especialistas en algunas materias y los estudiantes no  logran cursar  los programas correspondientes, cuando los maestros y profesores no son escogidos por su experiencia y formación profesional, cuando no existen métodos  de evaluación eficientes para medir el rendimiento de los alumnos, etc. en general, el producto final del sistema, a nivel medio, en muchos casos, no reúne los requisitos para superar  la educación de tercer nivel y es causa de muchos fracasos y deserciones del sistema.

En estos momentos, el gobierno nacional pretende masificar también la educación superior, pero dejando a un lado la calidad. Formación universitaria sin calidad significa pobreza y retroceso para un país y una gran estafa para los estudiantes. Si leemos las ideas de nuestros Ministros como el de Educación  que ha dicho que a los jóvenes hay que mantenerlos en la pobreza porque si no van a querer ser “escuálidos”; ahora,  el  Ministro de Planificación y Conocimiento nos hace ver el  futuro que nos espera: “El gobierno ha creado el ‘Sistema Nacional de Ingresos’” para la educación superior, (entiéndase a la educación, no a los ingresos presupuestarios universitarios pues no se ve voluntad de atender este problema). El objetivo  de esta propuesta es que  todas las Universidades públicas, incluyendo las autónomas, tendrán que aceptar los estudiantes que le asigne le Ministerio de Educación Superior para que no “…regresen ninguno de los cupos a ningún mecanismo ‘perverso’ de asignación…”. Lo perverso se entiende entonces a las pruebas de admisión, ya que las universidades no podrán seguir seleccionando a los aspirantes a  ingresar a las distintas carreras,  pareciera  se busca eliminar la calidad de la educación que se ofrece actualmente, ya que el nivel de conocimientos de los que se incorporan a la educación superior, muchas veces, no  satisface  la exigencias de las distintas carreras. (¿Conocerá acaso el Ministro los índices de “repitencia” en matemáticas en las carreras donde se cursa esa asignatura?) El Ministro de Planificación dice que para“… el Plan que presenta de aquí al 2019, las universidades deben adecuar su oferta académica en función del desarrollo que demanda el país… encauzar, direccionar la educación vinculándola al desarrollo del país” y… ¿cuál es ese desarrollo? Como lo propuso el anterior presidente en uno de sus planes: “adecuar el sistema educacional al modelo productivo socialista”. Pareciera que la intención va más allá: al orden ideológico.

No creemos que sean palabras banas. Pareciera que también es una estrategia política para acabar con la autonomía universitaria pues, al incorporar todos los estudiantes que ellos aspiran, se convertirían en promotores y defensores del régimen. Hace ya varios años, el gobierno tiene paralizada  las elecciones de las autoridades universitarias porque pretende establecer el sistema de paridad para los electores. Esto es, que todos los alumnos y empleados tendrán igual voto que los profesores para decidir el destino de las universidades autónomas. Creemos que estamos en presencia de un golpe mortal a la universidad autónoma, plural y universal.

Caracas, 15 de junio de 2015

Ligia Valladares de Salcedo
Artículo publicado en Reporte Católico Laico

mardi 26 mai 2015

¡DESGARRO Y DESGARRON!

El día de las madres, nuestro hijo que vive en Montreal y sus pequeños hijos canadienses, la niña de 8 y el varón de 5, se comunicaron con nosotros por Skype (una consuegra me dice que el Skype es el mejor invento del ser humano porque le permite ver a su nieto, tan lejano, en cualquier momento). Nuestro regalo fue que nos cantaran la canción llamada Venezuela (Pablo Herrero y José Armenteros, españoles) que se ha convertido en el tercer himno nacional de Venezuela. La hemos oído muchas veces en el extranjero y la sentimos de verdad como un himno. Me conmovió profundamente,  se me salieron las lágrimas. La cantaron completa. Aunque viven en una región francófona, ellos hablan perfectamente el español. Sienten a Venezuela como la viven sus padres, y como lo que es: SU PATRIA  que les está vedada. Es un destierro voluntario.  Y así es, es la  patria de ellos, de todos los que se han ido y de todos los que la estamos sufriendo y, aunque nos duela,  también la de unos cuanto que se la están “viviendo”.

¿Quién dijo que cuando unos gobernantes llegan al poder   la patria son  ellos? Es de todos, ¡caramba! Ellos ejercen el gobierno en forma temporal, mientras dure su período de gobierno, pero ellos no son la patria. Es de todos: los que aquí vivimos y de los que se han ido. No nos la pueden enajenar, ni regalar a nadie, pues no es su propiedad privada, lo que sí han podido hacer y, muy bien hecho, es vejarla, empeñarla y traicionarla, con la peor de las traiciones como es   la lesa patria .Y también le han diezmado en  los valores morales y éticos de la población que es un crimen de lesa humanidad.

Ante la avalancha de gente que se ha ido, que no son cuatro gatos, hasta fines del año pasado se decía que se habían ido aproximadamente un millón ochocientas mil  personas, pero en este trimestre se ha dado una estampida feroz. Si en la UCV dicen que se otorgan aproximadamente 4000 certificación de calificaciones al mes, al año serán 48000, sin contar las otras universidades públicas y privadas. Y esto es así mes por mes. ¿Por qué se van? Son múltiples y a veces complementarias las razones: los que temen por la educación de sus hijos; por la inseguridad;  porque no tienen perspectivas de su futuro profesional; porque sus ingresos cada día valen menos, porque no soportan tanta humillación y tanto dolor para  poder conseguir los alimentos básicos y, peor aún, las medicinas; porque no están encontrando médicos bien formados, ni abogados, ni educadores, porque la educación va cobrando cada día más los visos de la manipulación humana más detestable: la ideologización; por la falta de puestos de trabajo. El primer empleador es el Estado y tiene su clientela cautiva en sus seguidores o en los que pasan agachados por la necesidad. En… fin es muy  largo seguir enumerando esos porqués.

Este es un desangramiento bárbaro de Venezuela. El gobierno le importa un bledo, aunque de repente, con un aire de cinismo extremo, dicen que los países extranjeros nos están robando nuestros talentos. Aunque en esa constante alharaca sin sentido, algunas veces han dicho : “ Y al que no le gusta que se vaya del país”, ¿Y por qué, acaso también no es el país de todos ellos? Como si  fuera tan fácil tomar esa decisión. Estamos perdiendo  la sangre joven y la gente es como la savia de los árboles. Sin savia el árbol no sobrevive. Sin ciudadanos, en especial, bien formados y preparados, ese hermoso árbol que llamamos patria sobrevivirá muy mal, raquítico y vulnerable.

A un país que tenía en 2010  aproximadamente veintiocho   millones de habitantes ¿cómo le puede ser indiferente perder casi dos millones de personas? No son exiliados analfabetas.  Pongamos que un 70% de ellos tiene educación superior. ¿Sabrá el gobierno  cuánto cuesta en dinero, esfuerzo, horas de trabajo, infraestructuras educativas, sacrificios de los estudiantes y de sus padres para llegar a ser profesionales universitarios? Es inconcebible que no tengan conciencia de lo que está pasando. Fenómeno que ocurrió hace unos años en países como Bolivia, Ecuador, Perú, Argentina, principalmente por factores políticos y económicos (cualquier parecido con nuestra realidad es coincidencia). Y a esos países les ha costado muchísimo recuperarse. Oportunidades perdidas para Venezuela y para tantos jóvenes que se han embarcado en esa aventura y, por otro lado,   el mal manejo de los dineros públicos y la imposición de una sociedad comunista castrista han producido un desgarrón como país.

¿Y el desgarro familiar? El dolor de los hijos que se han ido. Es dramático. En una reunión íntima de un amigo que cumplió 60 años y sus hijas vinieron del extranjero para acompañarlo, tuvimos la oportunidad de preguntarles sus sentimientos a otros muchos  de los presentes de lo que llaman hoy “padres huérfanos”,  porque cuando muere un hijo no hay nombre que darle a los padres, ¿conocen por casualidad algún nombre que los identifique? Porque si conocemos los  de huérfanos, viudos(a), pero que unos padres se queden sin hijos “no tiene nombre”.

Resumimos las respuestas:
De las negativas: Nos están quitando parte de la vida. “Terrible, gran dolor, no estoy contenta porque están lejos”. “¡Desgarro!” Nos hace falta el abrazo, el cariño, el apoyo de mis hijos y nietos”. Somos los padres huérfanos de hijos.  Muy  fuerte sobre todo por los nietos.

De las conformes: Es mejor dormir tranquilo porque no están aquí a vivir con angustia por lo que les pudiera pasar. “Tranquilos porque no están aquí”.

Los padres que ya somos viejos, es cuando necesitamos más el apoyo, el abrazo, la comprensión, el auxilio de hijos y nietos. Nos basta verlos por Skyype y estar informados por Whatsapp. Nos contentan que estén bien y que, con el favor de Dios, puedan desarrollar todas sus potencialidades y ser mejores padres, esposos y ciudadanos. Los que viven en ciudades donde funciona la cohesión entre grupos de venezolanos, personalmente hemos visto, concentraciones pidiendo reivindicaciones políticas y sociales para Venezuela, hacer lobby con los políticos de allá, celebrar las fechas patrias y las parrandas navideñas, se consiguen hasta los cachitos con jamón, queso y otros ingredientes y restaurantes que ofrecen comida sin gluten, es decir,  con nuestras famosas arepas, etc. Eso es nostalgia de la patria, de la familia, de los amigos, de los olores, de los sabores, en suma, tratan de conservar, en la medida de lo posible, lo que aquí les han arrebatado. La muy manoseada supuesta “patria” que nos pregona el gobierno es la que pretenden imponernos con violencia y sangre. Y eso no es patria, es pura y simplemente autoritarismo. Ese es el desgarrón del país.

Caracas, 19 de mayo de 2015

Artículo publicado en Reporte católico laico
Ligia Valladares de Salcedo