lundi 24 février 2014

LA LIBERTAD Y LOS DERECHOS NO SE NEGOCIAN: ¡SE DEFIENDEN!

En los últimos días hemos vivido una experiencia esperanzadora, pero a la vez traumática. Los jóvenes estudiantes han salido a manifestar y expresan el sentir de una gran mayoría de los venezolanos que vemos cada día como se nos conculcan  nuestras libertades. Siendo la libertad uno de los dones que Dios nos dio como sus  hijos amados que somos, no podemos dejar de defenderla.
Repasemos someramente las causas que obligaron  a esos muchachos a salir a la calle:

Sus futuros en vilo, no saben que será de ellos mañana, porque hoy están sometidos a una “libertad condicional” que se manifiesta en la inseguridad personal, que fue una de las causas que originaron las protestas.  Parece que en este país existe una orden de exterminar a los hombres jóvenes. A diario vemos que mueren en una cantidad alarmante; los roban, igual que a todos los mortales que aquí vivimos; los secuestran; hasta en las propias aulas de clase irrumpen los cacos para quitarles sus pertenencias.
Si piensan en qué van a trabajar cuando se gradúen, la cosa no es fácil: empresas cerradas, industrias paralizadas, producción escasa,  exclusión laboral y de oportunidades. El Estado, como el mayor empleador del país, no acepta como  empleados, trabajadores  o contratistas a quienes no son del partido de gobierno.

Con el sistema educativo que tenemos pretenden llevarnos a un pensamiento único, cuando la educación que esos jóvenes están recibiendo, por lo menos en las universidades autónomas y privadas, es una educación universal. No hablamos de las universidades bolivarianas porque no conocemos los pensa y programas de estudio, pero recordando el dicho que “por la maleta se saca al pasajero”, con las promociones de médicos de tres años simples,  su formación no es equiparable a la que reciben  en aquellas instituciones; sin embargo, se supone, que ambos grupos se cotizaran con el mismo valor en el mercado de trabajo.

Los muchachos sufren también lo que en sus casas debe ser una constante: el “no hay”. Sí, no hay todos los alimentos que se requieren y, en especial las madres tienen que vivir en un afán por conseguir lo necesario. No hay electricidad, no hay cemento ni cabillas para hacer unas reparaciones menores  en sus casas, no hay posibilidad de comprar lo necesario y, así, una letanía de carencias.

A todo esto se suma que hemos perdido la libertad de información. Para un joven, que está pendiente de todo lo que sucede en el mundo, esta es una carencia vital. Por otro lado, la información que se ofrece en los medios de comunicación del Estado, es de que tenemos un país maravilloso, hemos alcanzados metas inimaginables. Las deficiencias de los menos favorecidos se deben al “imperio” o a los “ricos”, pero no   al gobierno  que tiene 15 larguísimos años en el poder. Esto se dice, como en la época de Hitler, las 24 horas  de cada uno de los 365 días del año. Esta es la información que llega a la mayoría de pueblos y caseríos porque el monopolio de los medios de comunicación, a nivel nacional, es del Estado.
La reacción de los muchachos ha sido espontánea y pacífica, tratando de ser escuchados y atendidos en sus reclamos, que ellos consideran  es la violación de sus derechos y de su libertad personal y ciudadana. La respuesta no fue recibirlos y dialogar para encontrar una salida a sus inquietudes y problemas. La respuesta ha sido una canallada: Violencia, crueldad, ensañamiento, demostración de la mala calaña de quienes han defendido esas agresiones. Están mancillando a esos jóvenes por lo que es un derecho que ellos están exigiendo y es una obligación del Estado darles. No es plomo lo que dice la Constitución, son derechos que el Estado y el gobierno, que es su ejecutor, están obligados a respetar. El más importante en esta oportunidad,  es  el derecho  a la protesta pacífica. A esto se suma que no hay un poder judicial  autónomo que decida en situación tan difícil. Es deber del  gobierno  reflexionar y llamar al diálogo. Los derechos y las libertades no se negocian ni se ceden. ¡Se defienden!

Una gran parte de la población de este país está de acuerdo con los planteamientos de los estudiantes y los hacemos nuestros. Personalmente no salimos a la calle porque a mis 76 años soy más bien un estorbo. Ya salí lanzando piedras contra el régimen de Pérez Jiménez y he acompañado, hasta en el pasado reciente, a los jóvenes universitarios en muchas  de sus reclamos.
Después de la Gracia de Dios, la libertad es el más importantes don que Dios no ha dado. Cualquier tipo de esclavitud y sometimiento forzado, vulnera nuestra dignidad y nuestra integridad; en particular en estos casos   la integridad física, moral y espiritual de los jóvenes.  

La cantidad de muertos, heridos, detenidos, agraviados, mancillados, maltratados, clama al cielo. Recordemos que “Cristo quien dio testimonio de la verdad, no la impuso por la fuerza a los que le contradecían, porque el hombre debe responder libre y voluntariamente, pero no por la fuerza”. Esta juventud es libre de decidir su destino.  “El hombre no debe someter su libertad personal de modo absoluto, a ningún poder terrenal sino sólo al Señor Jesús: el César no es el Señor”  (Catecismo de la Iglesia Católica 450). Así lo entendemos y lo defendemos.

 Ligia Valladares de Salcedo
publicado el 22-2-14 en Reporte Católico Laico

dimanche 16 février 2014

“Así se acaba virmente a un hombre”. Pastor Marín


Tomado de reportecatolicolaico.com

Hace ya muchos años, nuestro amigo Pastor Marín, margariteño, anciano, excelente maestro de obra, trabajador, honesto, responsable, llegó un día a nuestra casa y consiguió a mi esposo, con un delantal puesto, lavando los platos y preparando unas empanadas.  Al verlo, no salía de su asombro, al encontrar a su amigo en labores domésticas (en ese tiempo, hombre que se preciara no se metía en la cocina) lo que le hizo decir, entre risas, la expresión que encabeza este artículo: “Así se acaba virmente a un hombre”.

Pensaría que era una vileza mía que  lo obligué a tales oficios.  Ciertamente no era así, sin embargo, esa frase la hemos usado muchas veces en la familia y ahora cuando la repienso digo que tiene mucha vigencia en nuestra adolorida patria. Una persona puede envilecerse  porque no es capaz de controlar sus debilidades, inclinaciones o vicios. En uso de la libertad que el Señor le concedió, tomó caminos que lo degradaron: las drogas, el alcohol, la lujuria, el juego, el dinero han minado su espíritu y lo han vuelto su esclavo. Puede ser que haya sido inducido por alguien o por muchos, pero es él y sólo él el responsable de su envilecimiento.

Ahora ocurre que, en los últimos quince años se ha inducido a la vileza a muchísimas personas, cuando, en el ejercicio de funciones públicas, un significativo número de civiles y militares han metido sus manos en la bolsa del Estado, enriqueciéndose obscenamente. No ha valido juramentos a la bandera,  ni a la Constitución. Se ha creado una cultura del “¿cuánto hay para eso?” Es más, alguna vez se dijo, y lo supimos: “está robando pero me está siendo útil”. No hablamos de centavos, son millones y millones de dólares. Dice nuestro Papa Francisco que “de un corazón corrupto sale la traición”.

También se envilece al hombre cuando al inculcar, sistemática y prácticamente todos los días, el odio, la envidia, la burla, el descrédito, mancillando  y humillando a tantas personas, se les ha hecho  víctimas de lo que le sembraron. Recordemos a los petroleros, gente muy bien calificada y preparada que tuvieron que emigrar porque fueron execrados de la sociedad; otros, no pudiendo aguantar las agresiones enfermaron y murieron; otros más, tuvieron que cambiar de actividad.

El armar a grupos de civiles motorizados que hicieran sentir en los opositores sus amenazas y agresiones, los envilecieron porque infravaloran la vida y supervaloran el actuar con la complicidad del régimen, que no los castiga por las fechorías cometidas.

A los pobre-pobres, se les inculcó los sentimientos de odio y de envidia, y de que su condición de pobreza es culpa de los que les habían robado su cuota parte de la riqueza colectiva (¿?). Por eso se les organizó en grupos: unos armados y  motorizados, otros, destinatarios de los programas sociales, que en vez de promoverlos como seres humanos  los ha hecho parásitos de la sociedad. Simplemente: no trabajan. ¿Dónde quedó el mandato bíblico de “Ganarás el pan con el sudor de tu frente”?

Otra  forma de envilecimiento se ha dado limitando el derecho al trabajo cuando han expropiado haciendas y fábricas, o cuando no otorgan  empleos ni contratos, porque esos ciudadanos ejercieron su derecho a decidir  en un proceso electoral, y fueron estigmatizados en una lista de exclusión.

Hemos caído en una peligrosa realidad social: en tantos años, día tras día, a través de los medios de comunicación, cuya hegemonía es del Estado, esos mensajes se siguen vertiendo en el torrente social. Desde los cargos más importantes, la burla, el desprecio, el odio, la humillación, el cinismo con que se expresan, siguen siendo los principales mensajes. Esto es muy peligroso porque  las víctimas, envilecidas, pueden generar sentimientos de venganza y podrían pensar en aplicar la Ley del Talión: Ojo por ojo diente por diente.

¡Así se acaba vilmente con muchos hombres! ¡Señor ten piedad y misericordia!

Ligia Valladares de Salcedo

Caracas,  22 enero de 2014

samedi 15 février 2014

LA UNIDAD QUE REQUIERE EL PAÍS

¿Uds. sabían que el 1947 Rómulo Gallegos ganó las elecciones con el 75% de los votos y, en 1958, ganó Rómulo Betancourt con el 52%, en contra de Caldera y Larrazábal?

Desde hace tiempo he estado pensando que no hay salida electoral en el país si la oposición no llega a ser tan fuerte como lo fue Acción Democrática en su oportunidad (no he sido, ni soy adeca). Sólo con un partido fuerte se puede vencer a este gobierno. Por cierto, comentaba Moisés Naín en un programa reciente, que él hizo un estudio de los grupos que han llegado al poder por medio del voto y concluye que si no es un partido suficientemente grande, no llegan al poder o no lo pueden ejercer (el poder, por supuesto) como consecuencia. Hemos criticado hasta lo indecible que el partido de gobierno no es un partido, que tiene a la gente amarrada con las prebendas y cargos, que eligen a dedo a sus candidatos a las distintas instancias. Todo eso es verdad, pero la mayor verdad es que reúne mucha gente que les da el voto. Ganan
(aúnque sea con trampa). Y allí están, destruyendo al país.

¿Cómo pretende la oposición, conformada por tantos grupitos (léase micro partidos), llegar al poder? Creemos que los políticos, han subestimado al difunto y ahora al ilegítimo: chistes y más chistes descalificándolos, pero ellos están ahí, vivitos y echándole "la vestidura de arvejas" a todos los venezolanos. El interés primario de los grupos opositores no es salir del gobierno, sino que le den su "cuota parte de poder"
¿que les corresponde? ¿por qué? ¿acaso se lo ganaron en una lotería? Las elecciones lo han demostrado. La Mesa de la Unidad hizo un trabajo titánico: llegar a acuerdos entre los más de 30 grupos que lo conforman para poder hacer una lista de candidatos.


¿Cómo vamos a hacerle frente al futuro?

Primero: opino que si no tomamos conciencia de dónde estamos y para dónde vamos, no tenemos nada que buscar. A mí me pareció que la dictadura de Pérez Jiménez, que duró 10 años, fue una eternidad. Esta dictadura que ha tenido 5 años más que aquella, es un caos, está destrozando al país y terminará de entregárselo a quienes nos gobiernan, los hermanos Castro y su camarilla, en bandeja de plata.

Tenemos que agruparnos dejando de lado las truculentas ambiciones personales de algunos dirigentes y pensando en el país que es único y de todos. Por favor, en este momento histórico donde el descontento es generalizado, la calidad de vida está por el suelo, la economía con estanflación, con un modelo económico que nos está llevando a la ruina personal y de muchos agricultores, comerciantes e industriales; cómo van a pretender esos dizque dirigentes ser
Presidentes de la República,… ¡Ni siquiera candidatos! Es más, sugiero que los que pretendan ser candidatos desde ahora los boicotiemos y no votemos por ellos.

Segundo: Ensayemos la formación de un grupo homogéneo de transición, con una plataforma de gobierno, que podríamos desentrañar de la Constitución en sus puntos esenciales (después sugeriremos que áreas a trabajar) – pues ya existe y no tenemos tiempo para trabajar este tema, los días pasan y la gente está enardecida y quiere liderazgo y soluciones a sus problemas ya -  definir las políticas que seguirían en este momento ante los graves problemas que confrontamos (primero la crítica a lo que está haciendo el gobierno y segundo lo que nosotros haríamos)  en las distintas materias que le competen al Estado; con programas de acción concretos de captación de voluntades, trabajo de grupos, trabajo de taller (gente especializada que se dedique a realizar el trabajo técnico de soporte a los políticos), acciones de comunicación ( tan importante, pero hoy tan difíciles), movilizaciones, etc. Que se vaya conformando como el gran movimiento de oposición de Venezuela. ¿Qué hay que llegar a acuerdos o pactos políticos? ¿Acaso eso es malo? Si la experiencia histórica del Pacto de Punto Fijo hubiere sido mala, no habríamos tenido 40 años de democracia y haber influido en otras latitudes, como lo hizo. Lo demás es lo de menos.

AL FINAL DEL CAMINO VEREMOS QUIÉNES SON LO MEJORES POR SU CAPACIDAD, LIDERAZGO y HUMILDAD.


Ligia Valladares de Salcedo
Caracas,  7 de febrero de 2014

mercredi 12 février 2014

¿QUIÉN ES EL GOLPISTA? - “Prohibido olvidar”

El 4 de febrero de cada año el gobierno “conmemora” el golpe militar. Según el diccionario, conmemorar es: “Celebrar solemnemente el recuerdo de una persona o acontecimiento”, es decir, que se recuerde. Y recordar es “hacer que se tenga presente o que no se olvide” un hecho o acontecimiento  bueno. Pero algunos celebran lo malo. Pretendo con estas notas que no se olvide lo que vivimos ese día y, además, alertar a la población lo que se pretende hacer. Ese hecho fue un golpe de Estado militar cruento contra un gobierno constitucional. Según cifras oficiales hubo 14 muertos, según cifras de observadores independientes 50. No se conoce el número de heridos. Nunca, ante este tipo de hechos, se tiene certeza de cuántos fueron los muertos. Siempre, para los gobiernos, serán menos que la realidad, a menos que les favorezca. Es una cuestión de “honor” y de manipulación de la información. A aquel evento continuó el 27 de noviembre de 1992, cuando se produjo otro intento de golpe, también cruento, esta vez con la participación de la aviación militar. Dejó su estela de sangre, según cifras oficiales 171 muertos, las extraoficiales dicen que fueron más de 300.

El “día que bajaron los cerros”, que se produjo antes del golpe del 4-2-92, le antecedieron muchos comentarios en prensa, radio, etc., y en el cotilleo diario, se decía que la fastuosa celebración de la asunción al poder, por segunda vez, de Carlos Andrés Pérez, el desabastecimiento, la escasez de productos, la corrupción, los bajos ingresos de los trabajadores, entre otras, habría sido la fuente de la reacción del pueblo. Resultados: más de 300 muertos, fosas comunes en el cementerio, con muchos cadáveres. Ojo, no fue un hecho espontáneo. Según informaciones fidedignas, había un grupo militar llamado los COMACATE (Comandantes, Mayores, Capitanes y Tenientes) o sea, la misma gente que estaba detrás de todos esos hechos. Fue la primera vez que oí hablar de ellos. Utilizaron infructuosamente los caminos verdes para llegar al poder y, hoy día, sacralizan esos intentos fallidos como buenas estrategias para lograr su cometido. Como los golpes son buenos, los festejan y hasta hay condecoraciones para recordarlos. ¡Claro! Son buenos para ellos porque fueron los autores. Si  acaso 10 ó 15 estudiantes se atreven a protestar para que se cumpla el ordenamiento jurídico, esa expresión se convierte en un hecho delictivo “porque atenta contra la seguridad del Estado” “porque se está fraguando un golpe”. Cualquier parecido con lo que estamos viviendo en estos días es pura coincidencia. “Al picado de culebra cualquier bejuco lo asusta”

Golpista es golpista aunque se vista de demócrata. Al llegar al poder había que cambiar la Constitución para hacerla como un traje a la medida. El traje se les hizo chiquito cuando las ambiciones de perpetuarse en el poder se juntaron con otra visión del mundo que se adaptaba  a sus aspiraciones: eternizarse en el gobierno. Ya ese modelo estaba bien probado por los hermanos Castro en Cuba. ¡Si nada más tenían 45 años en el poder! Siempre los Castro han usado el argumento de los golpes de Estado para librarse de sus “enemigos” políticos.

Quienes nos gobiernan desde hace más de 15 años han dado sucesivos golpes: unos con violaciones a la Constitución y, otros, con decisiones de los otros  poderes en manos de los compañeros. A modo de ejemplo: la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia: un certero golpe contra el Estado de Derecho, la reelección indefinida del Presidente de la República; la conversión de la Fuerzas Armadas en un aparato político al servicio de un  “proyecto político”, y muchas otras decisiones, supuestamente jurídicas (debe existir dossier sobre ellas), que le permitieron al gobierno apoderarse de todas las instituciones del Estado. No más el 9 de enero del pasado año, el TSJ, en su Sala Constitucional decidió que el Vicepresidente de la República tenía continuidad administrativa, aunque el Presidente no se juramentó y, sin embargo, fue ratificado como encargado de la Presidencia. La otra decisión que catapultó al TSJ como órgano político del gobierno, fue la decisión de permitir al Vicepresidente lanzarse como candidato a la Presidencia, violando la Constitución.

Otras acciones del gobierno ratifican su carácter golpista: cuando el Presidente desconoció el Referendo por medio del cual la MAYORÍA, no aceptó su modelo socialista (Castrista), pero él lo impuso a través de leyes habilitantes que la genuflexa Asamblea  le aprobara. También el cambio de los Principios Políticos contenidos en la Constitución que dice que somos  un Estado Democrático y Social de Derecho y Justicia y lo convirtieron en una República Bolivariana y Socialista.

Por  su parte el CNE ha hecho “buenos trabajos” para la causa del gobierno: 1. Cuando cambió los circuitos electorales en Caracas, antes de las elecciones de Diputados a la Asamblea Nacional, dando el resultado que con menos votos el gobierno sacó más diputados que la oposición. 2. El año pasado,  el CNE se opuso a la auditoría de las elecciones presidenciales del 14 de abril y  después las hizo a la medida del partido de gobierno.

La Asamblea ha jugado un gran papel en todos estos años aprobando, con su mayoría amañada, las leyes que han necesitado para desconocer los resultados del referéndum que rechazó su proyecto de socialismo. Es habitual que el Presidente de la Asamblea, violente el derecho de ejercer su función a los Diputados opositores. No se diga nada de su talante autoritario, grosero, soez, su intromisión en funciones del Ejecutivo, etc.

Los golpes de Estado son gestas “heroicas” que se celebran cuando son del gobierno, pero si un grupo de muchachos protesta son sancionados por golpistas, hasta encerrándolos en cárceles con delincuentes de alta peligrosidad. Método que siempre ha aplicado Castro para intimidar a los opositores a quienes considera sus enemigos. Recordemos lo que decía San Francisco de Asís: “la primera condición para la paz es no considerar a los otros como tus enemigos”. Parodiando el dicho: si los golpes de estado son bueno para el gobierno, también deben ser buenos para la oposición. Sin querer decir con esto que estamos propiciando un golpe de Estado.

Este gobierno, como satélite que es del gobierno cubano, usa, suponemos que por recomendación de los Castro, el guión de Fidel y Raúl para quienes los opositores son golpistas. Ya conocemos como son esos golpes: unos niños guerrilleros cuyo arsenal eran unos cachitos de jamón.

 Veremos que guiones nos trae Maduro de Cuba. Deben venir con escenografía incluida ¡Cuidado!

 Ahora tratarán de detener, por golpistas, a los principales dirigentes políticos de la oposición por  convocar  a marchas de protesta.  Lo advierto a todo el mundo.

Este trabajo lo hice el año pasado después del 4 de febrero, lo adapté a la situación actual. Es la misma película repetida. ¡Ya basta!
 

Ligia Valladares de Salcedo