lundi 1 avril 2019

El efecto inesperado

Venezuela fue sacudida por una catástrofe que muchas veces presentimos, pero que no pensamos nunca que se hiciera realidad. El colapso del Güri hizo un impacto tan desbastador en la población que, como sociedad, nunca olvidaremos ese hecho tan atroz.

Hace muchos años cada vez que se producía algún accidente en la transmisión de la electricidad, se hablaba del abandono en que se encontraba todo el sistema eléctrico. La cantaleta del régimen era la misma: la culpa era de la Iguana, del “rabipelao”, de la sequía, etc., nunca los responsables han asumido sus fallas. Natural en un país sin conciencia colectiva y sin gente proba y responsable en el poder.

Por la forma como se desarrollaron los hechos, pareciera que fue un acto volitivo de quienes tienen el poder. Hoy podemos decir, “yo te lo dije”, “no hiciste caso”, “se veía venir”… Ocurrió. Ante un arrollador proceso donde el Presidente Encargado va desarrollando su plan de acción, tenían que ponerle un detonante que lo detuviera. “Idea genial”: tumbar el sistema eléctrico para frenarlo. Lograron  que el impulso con que venía se perdiera y tuvo la necesidad de reformular el proceso; pero con otra variable aún más grave, cuando el país entero se quedó sin energía eléctrica y, como consecuencia de la desidia, falta de mantenimiento e impericia, todo el sistema colapsó (no lo han podido recuperar en su totalidad), y  más  aún, podría suceder otra vez. No calcularon las consecuencias cuando la energía no puede ser controlada y se producen efectos colaterales como los incendios de sub estaciones, de transformadores, etc. “Fueron por lana y salieron trasquilados”.

Existe ahora un gran silencio en quienes ejercen el poder. Ya la mentira, aunque la repitan incesantemente, no puede ser ocultada. No se les ve ni se sienten. ¿Están huyendo? ¿Se están preparando para un ataque final? ¿Tienen otras barajas debajo de la manga y la sacarán en su momento oportuno? No lo sabemos. Debemos estar alerta porque el “animal herido es muy peligroso y es capaz de cualquier cosa”.

Otro aspecto importante, en este  momento, pareciera que el propio gobierno no confía en las Fuerzas Armadas y ha recurrido, para defenderse, a los temibles y abominables colectivos, presos comunes y otros grupos irregulares. Habrá que hacer una campaña para enseñarles a sus integrantes, que ellos si serán responsables por los delitos que cometan porque no son los responsables de las armas de la República. Si se identifica quiénes son los culpables de cualquier delito en contra de la población, no se salvarán de la justicia. En otras palabras, están siendo utilizados como tontos útiles, que serán culpables de los hechos que  pudieren  ocurrir.

Montréal, 20 de marzo 2019

Ligia Valladares de Salcedo

Aucun commentaire:

Publier un commentaire